Estrategias compositivas, Rafael Moneo
- joleyvirodriguez1
- 8 dic 2020
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Arquitecto español, autor de obras de reconocido prestigio internacional, es uno de los más destacados representantes de la arquitectura española contemporánea. Nació en Tudela, Navarra, el 9 de mayo de 1937. Se formó en la Escuela Técnica Superior de Madrid (ETSAM) e inició su carrera en colaboración con Francisco Javier Sáenz de Oiza; más tarde trabajó con el arquitecto danés Jorn Utzon. Entre sus obras destacan la fábrica de Diestre en Zaragoza (1964-1967), la plaza de toros de Pamplona (1966-1967), el edificio Urumea de San Sebastián (1969-1973). En 1998 ganó el concurso para la ampliación del Museo del Prado de Madrid. Es autor también del Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal de San Sebastián, inaugurado en 1999 y por el que recibió en 2001 el Premio Mies van der Rohe. Un año después de colaborar con Utzon, recibió una beca de dos años para estudiar en la Academia Española en Roma. Asumió la tradición nórdica y la grecolatina, que se mantendrán a lo largo de su trayectoria. En 1965 vuelve a España e inicia aquí su carrera profesional como arquitecto y como profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Luego vivió durante casi diez años en Barcelona, donde fue catedrático de Elementos de Composición en la Facultad de Arquitectura.
Es partidario de investigar la ciudad y enlazar con su pasado. Para Moneo, la arquitectura debe estar por encima de un deseo estilístico concreto. Se decanta por una arquitectura que tenga identidad propia, que sea fruto de un proceso de reflexión específico en cada caso. De este modo, la obra nace marcada por el lugar, por su pasado y por su función futura. Mantiene referencias a maestros de todos los tiempos y sus materiales constructivos preferidos son la piedra y el ladrillo.
En la Fábrica de Transformadores Diestre (Zaragoza), ajusta el espacio a los diversos usos fabriles superponiendo volúmenes crecientes que culminan en la gran nave de montaje. La utilización artesanal del ladrillo y la calidad del diseño en los detalles rememoran a Aalto. En el edificio Bankinter, la obra supone la ampliación de una construcción preexistente, el Palacio del Marqués de Mudela, de estilo clasicista. El nuevo edificio se levanta sin que la función de un edificio bancario, que ya estaba estereotipada, condicionase su forma. Moneo busca que haya un entendimiento con el antiguo edificio y con su entorno y que además, se adapte a las necesidades de un edificio bancario.




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